Poemas de Adolfo Bécquer

Rimas y Leyendas

No Digáis


RIMAS Y LEYENDAS
(por Gustavo Adolfo Bécquer)
XXIII

Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso..., ¡yo no sé
qué te diera por un beso!

XXX

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: << ¿Por qué callé aquel día?>>
Y ella dirá: << ¿Por qué no lloré yo?>>

XXXIII

Es cuestión de palabras, y, no obstante,
ni tú ni yo jamás,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está.

¡Lástima que el Amor un diccionario
no tenga dónde hallar
cuando el orgullo es simplemente orgullo
y cuando es dignidad!

XXXV

¡No me admirá tu olvido! Aunque de un día,
me admiró tu cariño mucho más;
porque lo que hay en mí que vale algo,
eso... ni lo pudistes sospechar.

XLVIII

¡Los suspiros son aire y van al aire!
¡Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer: cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?

LI

De lo poco de vida que me resta
diera con gusto los mejores años,
por saber lo que a otros
de mí has hablado.

Y esta vida mortal y de la eterna,
lo que me toque, si me toca algo
por saber lo que a solas
de mí has pensado.

LVIII

¿Quieres que de ese néctar delicioso
no te amargue la hez?
Pues aspírale, acércale a tus labios
y déjale depués.

¿Quieres que conservemos una dulce
memoria de este amor?
Pues amémonos hoy mucho y mañana
digámonos ¡adios!

LXXVII

Dices que tienes corazón, y sólo
lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es corazón... es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido.



No digáis


No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas, de la luz al beso,
palpiten encendidas;
mientras el sol las degarradas nubes
de fuego y oro vista;
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;
mientras la Humanidad siempre avanzando
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!



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